top of page
Cuentos
dibujos-de-arboles.jpg
El árbol del bosque:

Érase una vez, una princesa que se aburría mucho sentada en su castillo. Un día decidió salir a dar un paseo por el bosque. Mientras caminaba escuchó una débil pero hemosa música. ¿De donde viene es música tan bella? Se preguntó la princesa emocionada. Caminó y caminó y cuánto más se adentraba en el bosque mejor se escuchaba aquella música. La princisa empezó a bailar y sin que nadie lo esperara surgió una voz que le susurró al oído ¿te gusta mi música princesa?  La princesa asustada preguntó ¿quién está hablando? ¡Yo! Respondió un árbol. La princesa sorprendida pensó ¡qué árbol más raro, tiene ojos, boca y encima habla! La princesa, que era muy curiosa, le preguntó al árbol ¿eres tú quién canta esa música tan bella? y el árbol le contestó si gracias, suelo cantar, como yo no puedo moverme ni desplazarme pues me pongo a cantar para no aburrirme. La princesa visitó a su nuevo amigo cada día hasta que un día, decidió contarselo a su padre el rey. Tras semejante noticia el rey convocó a todos los habitantes del reino para dirijirse al bosque para ver al árbol cantaor. Cuando llegaron a lugar del bosque donde vivía el árbol todos quedaron embrujados por la maravillosa música que cantaba en árbol y se pusieron a bailar. Todo el mundo se lo pasó genial y el árbol nunca más se aburrió. El rey sorprendido por aquella música le preguntó al arbol por su nombre y este le contesto amablemente que se llamaba Flamenco. A partir de ese día a esta música se le empezó a llamar Flamenco.

Yasmín Gerrero

La leyenda de Candela y su flamenco:

Hace mucho tiempo en un bello lugar donde los amaneceres eran hermosos , una muchacha andaluza llamada Candela buscaba, como todos los días, gambas por las marismas de Doñana, cuando, de repente, descubrió a un hermoso flamenco que ejecutaba una bella danza sobre el agua.

Candela observó asombrada como el elegante pájaro movía con delicadeza alas, cuello y patas consiguiendo que la luz de cada mañana se viera salpicada por chispas de agua.

Así, cada día, Candela disfrutaba de la bella danza que ejecutaba el flamenco. Un día, mientras lo observaba, casi sin darse cuenta, empezó a acompañarlo al compás de los palillos y con un ligero taconeo.

Los días pasaban y entre el flamenco y la muchacha se estableció un bello ritual donde los dos danzaban juntos convirtiendo el amanecer de la marisma en un espléndido espectáculo.

Una mañana, cuando el otoño llegó, el flamenco realizó su danza con Candela una última vez y se marchó volando desapareciendo en el azul y anaranjado cielo de la mañana.

Candela estaba triste por la pérdida de su amigo bailarín. Cuando llegó la noche, sus amigos se reunieron al calor de una hoguera, con el rasgueo de una guitarra de fondo, cantaban sus penas y alegrías, Candela, sintió la necesidad de volver a bailar la danza que había realizado con el flamenco.

Todos quedaron impresionados con los sentimientos que transmitía el baile de Candela y cuando terminó, todos le preguntaron el nombre de aquella bella danza, Candela les contestó que su nombre era “Flamenco”, en honor al bello baile que habían compartido todas las mañanas el pájaro y ella en las marismas de Doñana.

Desde aquel día, de generación en generación en Andalucía al compás de una guitarra, se cuentan bellas historias a través del flamenco.

 

Natalia Virués

noche-blanca-DEL-FLAMENCO 7,25X6,75.jpg
af68a28169efd07b8bbd36d66f0c8da9.png
Cuentos
mago-png.png
EL Mago felah mengus.jpg

Alba Rojas

bottom of page